martes, 17 de septiembre de 2013

Gracias

El viernes me dijiste Alberto, me dijiste "no te mueras, parece que te vas a morir pronto, no te mueras, muerete cuando yo no sepa que te moriste", recuerdo exactamente el tono en que pronunciaste cada palabra, la forma en que me miraste, comencé a llorar y reír, te dije que te callaras, estaba conmocionada porque nunca había escuchado palabras tan fuertes, me hiciste muy feliz en ese momento, recibí de ti palabras que siempre había esperado de Ed o de otros. La mayoría de las personas me piden que no lo haga nunca y tu fuiste tan comprensivo conmigo que aceptaste que algún día lo haré y por eso me pediste que no lo hiciera contigo sabiendo. Eres la primera persona que acepta la realidad y me pide algo posible. Se que no verás esto, lo se muy bien, pero no importa porque yo quiero expresar la felicidad que mi hiciste sentir con palabras tan sinceras. A veces siento que eres como Ed, igual de comprensivo, al igual que el siempre te das cuenta cuando algo anda mal y me haces hablar para sentirme mejor, les debo mucho a los dos. Ese día yo moría de angustia y dolor, me encontraba apática respecto a mis problemas escolares, había llorado mientras leía en clase de historia y tu y Nini todavía no terminaban el examen, antes tu ya me habías preguntado si estaba bien y en la ultima clase me dijiste eso y me hiciste reír, me hiciste olvidar un poco lo que me aquejaba. Gracias Alberto, gracias por ser tan buena persona conmigo, por siempre ayudarme, por aceptar la realidad, puedo decir que eres mi amigo, que si no hubiera escuchado esas palabras el viernes no sé lo que hubiera hecho ese mismo día por la noche, todos, Ed, mi familia, absolutamente todos, deberían estar agradecidos contigo por haberme dicho esas palabras.
Ojalá un día tenga el valor para mostrarte esta entrada que escribo con mucha felicidad porque inconscientemente me salvaste de haber cometido alguna estupidez, gracias.

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