Nunca entenderé ese afán de las personas por ser raro, diferente o loco. Ese deseo incontrolable de querer destacar y ser notado de una manera poco común, ese miedo de ser igual a alguien más. No hay mayor egocéntrico en este mundo que aquel que se autodenomina raro, diferente o loco, que bajo esas palabras se describe y actúa que bajo esas palabras esconde su miedo a no encajar. Porque lo que realmente quiere el que se denomina loco, raro o diferente es encajar y que lo vean superior. La persona que es rara, diferente o loca por naturaleza ni siquiera desea serlo, trata de esconderlo, lo sufre, lo llora. Y mientras los egocéntricos lo gritan al mundo, lo presumen y lo alaban las personas reales lo esconden, lo sufren y lo lloran. Tú no estas loco, no eres raro y mucho menos diferente en esta vida realmente solo eres un egocéntrico que presumes y adjudicas tuyo el dolor y sufrimiento ajeno.
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