jueves, 3 de enero de 2013

Cuando despierto de madrugada

Son las seis de la mañana, estoy despierta desde las cuatro, y en el transcurso del día de hoy deseo verte, leer, dibujar y escribir, verte porque ya no me siento bien si no estoy a tu lado, porque te quiero desmedidamente; pero se que tal vez lo único que logre el día de hoy será dibujar, leer y escribir. Veo el amanecer a través de mi ventana deseando con toda el alma compartir este momento contigo o por lo menos imaginando que tu en alguna parte, al mismo tiempo que yo, lo estas viendo también;  imagino que tal vez estas dormido y muy dentro de mi quiero creer que sueñas conmigo porque eso me pondría muy feliz. Yo no puedo mentir y decir que todas las noches sueño contigo debido a que mis sueños la mayoría de las veces son tan terriblemente espantosos que al despertar olvido todo, pero hoy soñé contigo, fue un sueño sencillo porque solo tengo el vago recuerdo de que tu estabas allí. Lo que si te puedo decir es que durante mis horas de insomnio o los días, como hoy, que despierto de madrugada solo pienso en ti y mi mente se mantiene ocupada pensándote despacio como para que el tiempo sea eterno.

Son las siete de la mañana, siento mucho frió y ya la luz va iluminando poco a poco mi habitación, las figuras oscuras que reconocía dentro de ella van tomando color. Esta mañana el cielo se ve despejado  y muy agradable, mejor que el día nublado de ayer. Tal vez el cielo de hoy sea señal de buena suerte y podamos vernos durante la tarde, tal vez.











Sandra N. Rangel

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