Son las siete de la mañana, desde hace tres horas estoy despierta, no quiero nada el día de hoy y con la mente hecha pedazos de tanto pensar comienzo a escribir garabatos.
Este fin de semana me enferme de nuevo.
Si, estoy harta de todo.
Vi varias películas interesantes y aprendí una frase muy buena que de ahora en adelante aplicare siempre, de hecho la aplique el domingo.
Me enoje, pero como no puedo estar enojada mucho tiempo con el a los pocos minutos me puse bien y como siempre no deje que se diera cuenta.
Me sentí muy bien el domingo, me divertí bastante que era lo que me hacia falta.
Lo extrañe mucho los días que no lo vi.
No recuerdo si lo escribí o no, pero Ed amo el dibujo que hice especial para el.
Descompuse su estéreo...
No quiero ir a la escuela hoy.
Últimamente no quiero estar en mi casa.
Mi casa me enferma o algo así...
La escuela también me enferma...
Quiero que ya sea miércoles.
De nuevo me despierto a las cuatro de la mañana.
Deje de tomar levomepromazina porque sentí que engordaría.
Tomo siete diferentes pastillas al día y una de esas dos veces al día.
Odio enfermarme tanto.
Ayer por un segundo baje a Ed al nivel de mis amigos y me sentí fatal, por suerte no se enojo, le causo gracias, pero el sentimiento de culpa me comió un rato. Juro no volver a decirle algo de esa naturaleza.
Ayer tome cerveza y no aguante.
Necesito limpiar mi habitación.
Ya me resigne, estos días no tengo cabeza para leer.
Ya casi no tengo dinero de emergencia.
Necesito más materiales.
No quiero comer.
Odio que me mientan y odio más enfermarme a causa de eso.
No es justo.
Si, lo amo.
Son las ocho de la mañana me resigno ante la realidad y trato de entender que tuvo sus razones para haber hecho lo que hizo, pero no me atrevo a preguntar por miedo a las mentira así que mejor lo acepto al fin y al cabo no fue nada grave.
